domingo, 1 de diciembre de 2013

En PPro de sus intereses

     Llevamos muchos meses oyendo eso de que si este país no ha estallado socialmente, ha sido por el espíritu solidario de sus ciudadanos. Dicha afirmación es totalmente cierta. Bancos de alimentos, asociaciones de vecinos y voluntarios en las parroquias, atenúan con sus acciones el impacto de los recortes de los pajarracos a los más desfavorecidos, recortes que se ceban con las ONGs e instituciones que hasta ahora se encargaban de atender a parados sin prestación, dependientes con exiguas pensiones o familias en riesgo de exclusión social.
 
     En esta línea, esta semana hemos asistido a la gran recogida de alimentos llevada a cabo por la FESBAL, Federación Española de Bancos de Alimentos, con el aPPoyo interesado de los pajarracos. Vaya por delante mi reconocimiento a la labor de la FESBAL, pero el hecho de reconocer sus acciones no impide que me repugne la forma en la que se aprovechan desde el PPartido PPatraña de esta labor para aligerar nóminas en los servicios sociales públicos, o simplemente hacer desaparecer a díscolas ONGs dejándolas sin subvenciones.
 
 
     Los bancos de alimentos son organizaciones sin ánimo de lucro que se basan en el voluntariado. Recuperan excedentes alimenticios y se encargan de redistribuirlos. La comida no la entregan directamente a las personas necesitadas, sino que la entregan a instituciones y organizaciones caritativas y de ayuda social, que son los que verdaderamente están en contacto con los colectivos desfavorecidos. La organización de los bancos es similar a la de cualquier empresa, con su dirección y todo, eso sí, nadie cobra ni un euro. Los voluntarios, normalmente profesionales jubilados, además de participar en la recogida de alimentos, se encargan de buscar empresas que les ayuden de forma gratuita en dicha recogida, transporte y almacenamiento.
 
     Para el Gobierno, un negocio redondo. A cambio de una palmadita del PPolítico de turno o la cínica declaración de apoyo de la Mato, tienen miles de voluntarios gratis que les hacen el trabajo sucio, con la ayuda de la iniciativa privada, algo que les ha permitido en dos años llevar a cabo los mayores recortes sociales de los países de nuestro entorno. La colaboración del gobierno con la recogida de alimentos por ejemplo, en Ciudad Real, se reducía a dos soldaditos acompañando a un voluntario en la puerta de los supermercados. Toneladas de alimentos a coste cero y que servirán para que la alcaldesa se haga la foto esta Navidad, entregando una botella de aceite a una víctima de los recortes de su partido. Lo dicho, PPublicidad gratuita.
 
     Como veréis, para los pajarracos, la buena voluntad de la gente, es solo un vehículo para ganar tiempo. Solo pido, que en las próximas elecciones, los beneficiarios de estas altruistas acciones recuerden que comieron gracias a Juan, María, Luisa o Santiago. Gente humilde de su barrio, de su pueblo  y no gracias a un PPartido que para ganar les engañó, que tras el triunfo les empobreció y que para el 2015 intentará engañarles de nuevo. ¡No os dejéis engañar!

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