domingo, 22 de marzo de 2015

Adanes y zascandiles

     Es una pena que la honestidad sea un factor de riesgo - Carlos Cano

     Adanes y zascandiles. Así se refirió ayer Rajoy, sin nombrarlos, a los dirigentes de Podemos y Ciudadanos. El PPresi daba un mitin en esa cloaca pepera en que han convertido la Comunidad Valenciana, sin respetar la jornada de reflexión de las andaluzas. La excusa, presentar a sus novedosos candidatos en Valencia, Rita Barberá y Alberto Fabra. ¿Pero sabe el pájaro bobo el significado completo de adán y zascandil? Mucho me temo que no.
 

     "Adán", según la RAE, es un "hombre desaliñado, sucio y haraposo", significado al que seguramente se refería Rajoy en su alocución. Pero adán, también significa "hombre apático e indiferente", algo que a buen seguro desconocen Rajoy y su equipo de PPajarracos de comunicación. Esta última definición, atiende a uno de los usos coloquiales de la palabra "adán" y desde luego parece hecha a medida del, para nuestra desgracia, PPresidente. Rajoy es un hombre apático y perezoso para con sus obligaciones de primer ministro y de jefe de la mafia genovesa. Prefiere hablar de la lluvia, antes que afrontar los problemas. Esconderse como una rata tras su mayoría absoluta para no dar explicaciones. Además, Rajoy permanece indiferente ante el PParo y la PPrecariedad, los desahucios, la PPobreza generada por su gobierno y la corruPPción  endémica que pudre su partido y las instituciones de, entre otros sitios, Valencia. Según esta definición, podemos afirmar que Rajoy es un "adán" y el hecho de teñirse el pelo, recortarse la barba o vestir traje y corbata, no le libra de ser el primer Presidente de España que es un "adán".
 
     Para "zascandil" la RAE, también tiene varias acepciones, entre ellas "hombre despreciable, ligero y enredador. Por lo común, estafador". Es curioso que fuera Rajoy el que hablara de zascandiles. Aguirre o CosPPedal, despreciables y enredadoras. Montoro, Margallo o Hernando, muy pero que muy ligeros y bastante despreciables. Rato, Blesa, los y las de la Gürtel, los supuestos perceptores de sobresueldos en negro y el PP como partido defraudador de la Hacienda, encarnan perfectamente la acepción de estafadores. Según esta definición, la secta de la gaviota está llena de zascandiles, políticos liantes y engañabobos que harán todo lo necesario, ético o no, para seguir controlándonos.
 
     Con todo esto, me atrevo a pedir que, por una vez, hagamos todos caso a Rajoy y libremos a España y a sus regiones de "adanes" como él y de "zascandiles" como sus compinches.

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