domingo, 5 de junio de 2016

Que no cunda el PPánico

     Aquel que más posee, más miedo tiene a perderlo - Leonardo Da Vinci

     Hoy me he levantado optimista y a pesar de que las encuestas siguen indicando que aún quedan algo más de 6.6 millones de tarados que piensan votar a los saqueadores de Génova, hay algo que parece haber cambiado desde el 20D: un posible pacto entre Unidos-Podemos y PSOE, si la sultana lo permite, suma más que un acuerdo entre el Partido PPodrido y unos desinflados naranjitos. Esta circunstancia nos permite a los votantes progresistas conjurar el miedo a otros cuatro años de marianismo, de recortes en libertades y bienestar, de dobles discursos según se esté en Madrid o Bruselas y sobre todo, el miedo a poner la tele y encontrarte a Rajoy bailando, sacando su incontrolable lengua o caminando como un Forrest Gump de tercera, eso sí, "mucho español", mientras fanfarronea de sus "grandes" conocimientos sobre los ríos españoles.


     La maquinaria electoral de los PPajarracos nos intoxica con bajadas de impuestos, creación de cientos de miles de puestos de trabajo y unos datos de crecimiento más propios del gigante chino, pero la realidad es aterradora. Los impuestos no solo no se podrán bajar, sino que habrá que subirlos para mantener los esquilmados servicios públicos y además hacer frente al objetivo de déficit que el traidor de Moncloa ha comprometido por carta a Bruselas, eso sin contar que habrá que pagar la multa que la UE nos comunicará tras las elecciones por falsear las cuentas. La creación de empleo es una tramPPa más de nuestra execrable y arcaica derecha que lo único que ha hecho es repartir la miseria y lo que para la PProPPaganda genovesa son 1'5 millones de empleos, en la calle se traduce en las mismas horas trabajadas en 2016, que en diciembre de 2011. En esta línea y para seguir repartiendo el trabajo, el Banco de España urge a que se apruebe una nueva reforma laboral que limite aún más los derechos y los sueldos de los trabajadores indefinidos, una especie en extinción en la España de los PPajarracos.

     Lo anterior es solo una muestra de lo que nos puede esperar si nos entregamos a la resignación, a lo que hay que sumar las medidas del ya habitual programa oculto pepero. Debemos conjurar el miedo y el desánimo. Me cuesta entender cómo un obrero PPrecarizado puede votar al PP, pero lo que tengo muy claro es que en la izquierda somos más. Si no cunde el pánico el 26J, Rajoy y su banda de maleantes serán una triste historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario