domingo, 16 de octubre de 2016

40 años tirados a la basura

     Los que hacen imposible una evolución pacífica, harán inevitable una revolución violenta. - John Kennedy.

     Esta semana hemos asistido boquiabiertos al impúdico relato del mafioso Correa sobre su éxito en los negocios. El imputado ha contado con pasmosa normalidad, como se paseaba por la sede pepera, como trabajó para el PSOE de Felipe, los regalos que hacía y las comisiones que entregaba, como lo del 3% no es exclusivo de los Pujol y CIU, sino que es la norma allá donde el PP manda o como las más reputadas empresas del país han untado a nuestros gobernantes a cambio de suculentos negocios que al final pagamos todos. En resumen, este chulo de melena engominada, nos ha mostrado el país que tenemos. Una España miserable y corrupta, un estado fallido en el que todas y cada una de sus instituciones han sido prostituidas por los proxenetas de la gaviota y la rosa. Una patria secuestrada por lobbistas, que salvo en la forma de vestir, se parece mucho a la España caciquil de las dictaduras de Primo de Rivera y Franco.


     Casi 41 años después de la muerte del asesino, en nuestro país sigue habiendo un 30% de pobres y mayoría de los que aún conservamos un trabajo digno, hacemos más números que Einstein para poder pagar las facturas. Las mismas familias que se enriquecieron por sostener y apoyar el régimen del dictador, se forran ahora y apoyan de forma entusiasta la alternancia PP-PSOE. A lo largo y ancho del país, se siguen subvencionando los toros o la Semana Santa y la religión como asignatura ha vuelto a ser evaluable, al mismo nivel que matemáticas o ingles. El día de la banderita que protagonizaba Carmen Polo, ahora lo acapara una reina para la que somos "merde" y la Fiesta nacional, que vuelve a ser OBLIGATORIA, se sigue celebrando con un rancio desfile militar que cierran los regulares franquistas, al que el Rey llega en el Rolls de Franco y acaba con una recepción en el Palacio, ahora Real, durante el franquismo de Oriente. Al igual que en el franquismo, la iglesia sigue sin pagar impuestos y las antiguas escuelas pias o colegios religiosos, ahora se camuflan bajo el eufemismo de educación concertada. La España negra y rural sigue como siempre, eso sí, gobernada por modernos caciques 2.0 como Feijoo, Page o Gusana Diaz. Si antes en Andalucía los señoritos compraban voluntades a cambio mitigar el hambre, ahora se compran votos a cambio de las peonadas necesarias para cobrar el PER. La justicia sigue favoreciendo a los de siempre, algo corroborado por el mismísimo Carlos Lesmes, quien reconocía que las leyes están ideadas solo para castigar a los pobres "roba-gallinas" y en esta linea en C. la Mancha, mientras el gobierno de la fascista de la peineta, permitía a la infausta Monica de Oriol duplicar la superficie de su ordinaria mansión en el P.N. de Cabañeros, 80 Km al sur, unos justicieros, que no justos juez y fiscal, iniciaban un proceso contra la construcción de unas casitas en un secarral a las afueras de Ciudad Real, que culmina ahora con el derribo de estas construcciones. A la Oriol no le pasa nada, al fin y al cabo ayuda a mantener el corrupto sistema, pero a estas familias les arruinan la vida de forma arbitraria. En que cabeza cabe que unos obrerillos de tres al cuarto puedan disfrutar de los placeres de la casta.

     Aunque suponga un fracaso, debemos reconocer que los últimos cuarenta años no han servido para nada. A los líderes los siguen poniendo y quitando los mismos, la Constitución, solo es un papel para proteger a los de siempre y la crisis, solo ha sido un instrumento para mantenernos embridados un par de décadas más. Quizás va siendo hora de hacer una verdadera transición y esta vez sí, devolver instituciones y poder al pueblo.

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