domingo, 15 de enero de 2017

Cuestión de dignidad

     Si no vives con dignidad estás muerto y cuando estás muerto no eres nada. - Steve Biko.

     A estas alturas a nadie sorprende la indignidad de la secta de la gaviota y de sus PPajarracos, pero sin duda esta semana, a más de uno se le han revuelto las tripas recordando como durante los últimos trece años uno de los genoveses más indignos, ha eludido la ley y la justicia, utilizándolas en beneficio propio, para evitar asumir responsabilidades por sus fechorías y las de sus correligionarios. Como ya habréis adivinado, me estoy refiriendo a Federico Trillo, indigno Presidente del Congreso, indigno Ministro de Defensa, indigno embajador y próximamente, indigno jurista del Consejo de Estado.


     Tras cinco años chuPPando en la embajada de Londres, sin hablar ni papa de inglés y acosando a empleados que no eran de su cuerda, Trillo ha presentado su "renuncia voluntaria" como consecuencia del dictamen del Consejo de Estado que hace responsables a él y a su ministerio del accidente del Yak 42, que costó la vida a 62 militares. Trillo y sus colaboradores del Ministerio, condenaron a muerte a 62 personas contratando un avión en mal estado, a pesar de las alertas. Dejaron a las víctimas con el culo al aire al no contratar un seguro. Profanaron los cadáveres para acelerar los trámites de identificación y cerrar el caso. Por último criminalizaron a los familiares de los muertos porque protestaron ante tantos atroPPellos. Trillo mintió a sabiendas y se escondió tras sus compañeros que le defendieron ciegamente. El infame PPresi Aznar, su estúpido VicePPresi Rajoy y sus ultra-Ministros Acebes y Zaplana, no dudaron en sacar la cara por el indigno Trillo, aunque ahora callen. Incluso tras la primera debacle electoral de Mariano, el bobo protegió a Fede en #CasaPP, pagándole un riñón como jefe de los servicios jurídicos peperos, puesto desde el que Trillo maniobró indignamente para librar a la banda de la acción judicial como consecuencia del latrocinio pepero. Defendió a Bárcenas y sentó las bases para inhabilitar al juez Garzón. Una vez en el PPoder, Rajoy premió a Federico con la codiciada embajada Londinense, que ahora abandona como la rata que es, para esconderse en el Consejo de Estado y seguir viviendo a nuestra costa.

     Trillo, opusiano procedente de una muy franquista familia cartagenera, ha sido incapaz de pedir perdón por sus troPPelías. Ahora quiere irse con la cabeza alta y el gobierno de la banda se lo va a permitir. Dado que Federico no va a sentir el peso de la justicia, espero que le abrume el peso de su indigna vida y de su mala conciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario